Comentario
El fenómeno de las "autonomías" del siglo XI, en al-Andalus, como los que volvieron a ocurrir casi a mitad del siglo XII, y otra vez en la primera mitad del siglo XIII, tuvo entre sus características la peculiaridad del dinamismo interno de la fragmentación, de modo que en varios momentos algunas de las constituidas se subdividieron a su vez, generalmente porque los miembros de una familia reinante se escindían en una especie de subtaifas, más o menos reunidas otra vez (como pasó con Calatayud, Tudela, Huesca y Lérida, separadas de la central Zaragoza, por ejemplo), o por alzamientos (como el de Lisboa frente a Badajoz o el de Murcia frente a Sevilla o los varios enclaves que se independizaron de la decaída taifa de Valencia, como hicieron Sagunto y Jérica). Por otra parte, unas taifas se subsumían en otras, frecuentemente por conquistas. Así pues, el número de los reinos de taifas osciló a lo largo del siglo, siendo los principales los siguientes veintiséis, de los cuales tratamos esencialmente y por orden alfabético.
1. Albarracín. La familia de origen beréber, pero ya andalusíes por su secular arraigo en la zona turolense, de los Banu Razín, se independizó en su poco extensa taifa hacia 1013 y duró hasta 1104, cuando la conquistaron los almorávides. Se sucedieron tres régulos de la misma dinastía: Hudayl (1013 ap.-1044-5), Abd al-Malik (hasta 1103) y Yahya.
2. Algeciras. Puerto principal entre al-Andalus y el Norte de África, lo ocuparon los hammudíes, mientras ejercían el califato en Córdoba, entre 1016 y 1026; luego lo unieron a su taifa de Málaga, y por fin una rama familiar se independizó en Algeciras, hacia 1035 ó 1039, sucediéndose allí dos régulos antes de que conquistara la plaza el de Sevilla, en 1054-5.
3. Almería. En las luchas por el poder, alzadas allí por varios elementos, se impuso el eslavo Jayrán, destacado ex esclavo palatino en Córdoba, y hacia 1014 inauguró la fase eslava de la taifa de Almería, pues fue sucedido a su muerte, en 1028, por otro eslavo, Zuhayr. En 1038, el activo puerto reconoció al régulo de Valencia Abd al-Aziz, nieto de Almanzor, que envió para regirles a Man, quien a poco se independizó y fue sucedido por un hijo y por un nieto, hasta 1091, cuando los imparables almorávides ocuparon la gran alcazaba almeriense.
4. Alpuente. Estaba situada esta taifa en la franja central de población beréber, asentada desde siglos atrás, como en la taifa de Albarracín. En Alpuente se declararon independientes los Banu Qasim, principal familia de allí, manteniéndose desde 1009, aproximadamente, hasta su conquista por los almorávides, en 1104 o dos-tres años después. Hubo cinco régulos, en sucesión directa.
5. Arcos. Formó, junto con Carmona, Morón y Ronda, un conjunto de cuatro pequeñas taifas, bordeando la poderosa de Sevilla, que acabó por apoderarse de todas ellas. El grupo que se alzó con la autonomía de Arcos, los Jizrún, era de beréberes Zanata, poco atrás llegados a la Península, en tiempos de Almanzor. Tres Jizruníes se sucedieron en la dirección de esta taifa, desde 1011-12, aproximadamente, hasta 1068-69.
6. Badajoz. Cuando decayó el poder central, esta tierra estaba administrada por un oficial palatino, seguramente eslavo, llamado Sabur, que asumió poderes autonómicos, desde comienzos del siglo hasta morir, en 1022; se apoyó en un beréber de antigua familia ya andalusí, Abd Allah de los Aftasíes, que se impuso luego en la soberanía de la taifa, mantenida por esta familia, en sucesión de cuatro de sus miembros, con alguna escisión de tierras al oeste, hasta que los propios súbditos del último régulo llamaron a los almorávides, en 1094, que ocuparon la taifa y realizaron un sangriento castigo de los Aftasíes, excepto uno, que resistió algo en Montánchez, hasta acogerse junto a Alfonso VI.
7. Baleares. Un eslavo, Muchahid, régulo ya de la taifa de Denia, ocupó las Baleares, a finales del año 1014, y colocó en las islas para gobernarlas a su sobrino Abd Allah, y luego a su liberto al-Aglad junto con Ibn Rasiq. Se sucedieron dos gobernadores más, y se declaró independiente después de que Denia fuera ocupada por el poder de Zaragoza. Así se mantuvo la taifa, hasta que en 1114 fue atacada por la coalición catalano-pisana, contrarrestada por los almorávides, que ocuparon las Baleares en la tardía fecha del año 1116.
8. Carmona. Ya señalamos que, junto con la taifa de Arcos y otras, formaba el cinturón sevillano de pequeños enclaves ocupados por beréberes nuevos, en este caso los Zanata Birzalíes, a quienes un califa de Córdoba les concedió incluso este territorio, hacia 1013. Cuatro Birzalíes se sucedieron y el último tuvo que entregar su tierra a la taifa de Sevilla, la gran conquistadora, en 1066-67.
9. Córdoba. Fue una taifa remisa, pues -como sede que era del califato sólo abolido en 1031-, hubo de esperar hasta esa fecha para incorporarse a las autonomías que cundían por todo al-Andalus y ser una taifa más. La rigieron primero los Banu Chahwar, tres miembros de esta poderosa familia árabe asentada en al-Andalus tres siglos antes. Los tres Chahwaríes, padre, hijo y nieto, dominaron esta taifa hasta 1070, cuando la conquistó la de Sevilla. Entre 1075 y 1078, la codiciada Córdoba cayó bajo el poder, más o menos nominal, de Toledo, pero acabaron recuperándola los sevillanos, a quienes se la arrebataron los almorávides, tras reñido combate, llegado el año 1091.
10. Denia. Situada en la zona levantina, donde al comienzo de la guerra civil dominaron los eslavos y fundaron sus autonomías. En Denia se alzó Muchahid, esclavo manumitido de Almanzor o de sus hijos, oriundo según parece de Cerdeña, que atacó en 1015-1016, como también antes había conquistado las islas Baleares. Tras multitud de acciones, bélicas y culturales, murió Muchahid en 1045, y le sucedió un hijo, a quien en 1076 desposeyó su cuñado Muqtadir, régulo de Zaragoza, otra de las taifas expansivas.
11. Granada. Las gentes de Elvira (que ahora pasa a ser Granada) llamaron, hacia 1013, para que les defendieran en aquella guerra civil, a la cabila beréber de los Ziríes, llegados a al-Andalus pocos años atrás, y que se mantuvieron al frente de esta significada taifa hasta que los almorávides, en 1090, la ocuparon y destronaron al último de sus régulos, el emir Abd Allah, célebre por escribir sus impresionantes Memorias, ya en su exilio magrebí del Atlas, donde pudo reflexionar sobre el destino político de su siglo: El siglo XI en primera persona.
12. Huelva. Se fragmentó bastante el territorio suroccidental de al-Andalus, con las taifas de Mértola, Niebla, Santa María del Algarve y Silves, además de ésta de Huelva, y todas ellas amenazadas por la ambición expansiva de Sevilla, entre los años 1044 a 1063. Las cinco se alzaron autónomas en fechas indeterminadas de comienzos del siglo XI (sólo de la taifa de Huelva se cita el año de su independencia: 1012-1013, y las otras más o menos). En todas, la familia rectora parece tener -o atribuirse- orígenes árabes, asentados por allí en las fechas ilustres de la conquista islámica de al-Andalus. En Huelva fue la familia de los Bakríes, y un solo régulo, Izz al-Dawla, desde 1012-13 hasta que, en 1051 ó 1053, conquistó su tierra la taifa de Sevilla.
13. Málaga. Lo mismo que Algeciras, este puerto fue ocupado por los príncipes árabes Hammudíes, muy berberizados, con muchas relaciones en el Magreb, donde controlaron también algunos enclaves marítimos, mientras ejercían o aspiraban al califato de Córdoba, entre 1016 y 1026; luego, perdida para ellos la capital, se retiraron a las taifas de Málaga y de Algeciras, separadas desde 1035 ó 1039 por las querellas familiares que motivaron una accidentada sucesión. En Málaga, y sólo en treinta años, de nueve califas Hammudíes, hasta que en 1056 conquistó aquella taifa la de Granada.
14. Mértola. Comparte características con la taifa de Huelva, siendo también una de las pequeñas taifas, alzadas sobre poderes andalusíes locales, en el suroeste andalusí, siempre en conflicto con la poderosa Sevilla, que la conquistó en 1044-45.
15. Molina de Aragón. Forma serie con las taifas de Albarracín y Alpuente, sobre todo, por hallarse en la franja central, de antiguo poblamiento beréber. Molina de Aragón no se salvaría, sin embargo, de una inicial y más o menos teórica dependencia de las taifas de Toledo y de Zaragoza, sucesivamente, pero a finales del siglo XI, el Poema del Cid refleja la autonomía que allí tenía el alcaide Ben Galbón, aliado del Campeador.
16. Morón. Fue ocupada por los Dammaríes, rama de los beréberes Zanata, oriundos de Túnez, llegados a al-Andalus poco antes; formaron parte de los ejércitos de Almanzor cuando la guerra civil, se independizaron en Morón, sucediéndose tres régulos, desde 1013-14 hasta 1065-66, en que Sevilla se anexionó también esta taifa.
17. Murcia. Empezó por estar regida por eslavos, unida su suerte a la de Almería, desde 1013 hasta 1038, pero siempre habían estado presentes los poderes de las grandes familias locales, y entre ellas la de los Banu Tahir, de ascendencia árabe. Uno de ellos, Abu Bakr, se fue independizando cada vez más de Almería y de Valencia, y, cuando murió, en 1063, su hijo y sucesor convirtió a Murcia en taifa plenamente independiente, hasta su conquista por Sevilla en 1078. A pesar de esta conquista, el gobernador de Murcia, Ibn Rasiq, no se plegó del todo al régulo sevillano. La ocupación por los almorávides ocurrió en 1091.
18. Niebla. Como las de Huelva y Mértola, pequeña taifa suroccidental extendida entre Niebla y Gibraleón, regida por la familia local, andalusí, de los Yahsubíes, con tres régulos sucesivos, hasta la conquista, por Sevilla, en 1053-54.
19. Ronda. Ocupada por los beréberes Yafraníes, que cruzaron a al-Andalus por primera vez a mitad del siglo X, y luego en tiempos de Almanzor. Allí se alzaron independientes, hacia 1014 ó 1016. Abu Mur, el primer régulo de esta taifa, fue apresado en Sevilla, y el tercero murió defendiendo su dominio, conquistado por Sevilla, hacia 1065.
20. Santa María del Algarve. Hoy es Faro, en el Algarve portugués. Allí se independizó Ibn Harun, posiblemente un muladí, autóctono islamizado que rigió su exigua taifa desde 1013 ó 1016 hasta morir en 1041-42, sucedido por un hijo, que tuvo que entregar su tierra a Sevilla, en 1051-52.
21. Sevilla. La gran taifa expansiva, pues se observa cómo conquistó todas las de su entorno, deteniéndose sólo ante las más poderosas de Badajoz y de Granada y algo ante la de Toledo, contra las que guerreó mucho. Primero ocupó las cinco pequeñas taifas del suroeste (Mértola, Niebla, Huelva, Santa María del Algarve y Silves), entre 1044 y 1063; luego las cinco del cinturón beréber (Algeciras, Ronda, Morón, Carmona y Arcos), entre 1054 y 1069; enseguida dominó Córdoba, aureolada de gloria pasada, y al cabo Murcia. Más difíciles fueron las relaciones con reyes cristianos, Fernando I y Alfonso Vl, cuya presión económica, con las parias, y conquistadora intentó ser contrarrestada por Sevilla, principalmente, llamando a los almorávides, que, trozo a trozo, desgranaron la gran taifa, ocupando Sevilla en 1091 y deportando al Atlas magrebí a la soberbia familia allí reinante, los Abbadíes. Eran estos Abbadíes de origen árabe, conquistadores de al-Andalus y riquísimos cadíes de Sevilla, y en su tierra se independizaron en 1023. Sus régulos, en sucesión patrilineal, fueron magníficos: el juez Ismail, el juez Muhammad (desde 1023), que se permitió el lujo de tener califa propio, un sosias del califa Hisam II, que impuso sobre sus súbditos y sobre otras taifas; luego al-Mutadid (hasta 1069), y por fin al-Mutamid, gran poeta, que -según una fuente árabe del siglo XIV, al-Hulal- habría dicho "Prefiero cuidar camellos en África que cerdos en Castilla", fue deportado por los almorávides y murió en Agmat, como un símbolo de lo que le aguardaba a al-Andalus.
22. Silves. Se alzó independiente un notable local, de ascendencia árabe, Isá, al que siguieron dos -o cuatro- régulos; el último fue desposeído por las tropas de Sevilla, en 1063, aunque, por la confusión que hay sobre la cronología de esta taifa, tampoco esta fecha final es indiscutible.
23. Toledo. Al decaer el poder central, hacia 1010, cuando Wadih, general de la Marca Media, marchó a Córdoba, o un año después cuando fue asesinado, las grandes familias toledanas, como los Banu Mateo y el cadí Ibn Yais, se unieron para regir su territorio de forma independiente. Con posterioridad a 1018, los toledanos, hartos de sus propios caciques, recurrieron a un linaje beréber establecido desde el siglo VIII en tierras de Cuenca, los Zennún, arabizados como Du l-Nún: primero rigió Toledo al-Zafir, luego el gran al-Mamún (el Alimenón de nuestra literatura), y por fin el incapaz al-Qadir, que perdió Córdoba y otras tierras ante la acometida de la taifa de Sevilla. Cada vez recurría más a Alfonso VI, a cambio de parias que debían pagar los descontentos toledanos, alzados contra al-Qadir en 1080, a quien repuso en su trono Alfonso VI, en 1081, a cambio de castillos y de dinero; dos años más tarde, el rey castellano se presentó ante Toledo y la ocupó en mayo de 1085, prometiéndole a al-Qadir darle a cambio la taifa de Valencia.
24. Tortosa. Como en el resto del Levante, se independizaron aquí los eslavos, desde 1009, reaccionando contra el califa al-Mahdí, y sucediéndose cuatro régulos, hasta 1060, en que el de Zaragoza, al-Muqtadir, ocupó Tortosa, región que formó una subtaifa, junto con Lérida y Denia, por la autonomía de una rama lateral de la dinastía que regía Zaragoza. La conquistaron los almorávides en la primera decena del siglo XII.
25. Valencia. Taifa levantina ocupada por eslavos, independientes de Córdoba desde 1009, que antes controlaban el regadío como zabacequias; fueron dos, sobre todo, y simultáneamente, Mubarak y Muzaffar, quienes aplicaron con rigor la grandeza soberana, el cuidado de su capital y el enriquecimiento sobre impuestos a sus súbditos; murieron hacia 1017 y 1019, y algunos otros eslavos intentaron controlar la taifa, hasta que en 1021 ó 1022 todos decidieron proclamar a un nieto de Almanzor, instalando en Valencia esta descendencia de la otrora gloriosa familia, que recuperó una parte de sus oropeles gracias a sus fieles eslavos. Dos amiríes rigieron Valencia, hasta 1065, año en que la dominó Toledo, hasta 1075, en que la recuperó un tercer amirí, sucedido por un hijo, hasta 1086, en que tropas castellanas ayudaron a al-Qadir, ex rey de Toledo, a entronizarse en Valencia, donde reinó hasta su asesinato en 1092, tras el alzamiento de sus súbditos encabezados por el cadí Ibn Chahhaf. Este rigió la ciudad, equilibrando presiones exteriores del Cid, por un lado, y de los almorávides, por otro. Tras duros asedios, el Campeador entró en Valencia, en junio de 1094. En 1002 la ganaron los almorávides.
26. Zaragoza. No hubo ruptura, pues se alzó en taifa la familia árabe-andalusí de los Tuchibíes, sobresaliente en aquella marca desde siglos atrás; cuatro régulos de esta familia se sucedieron, entre comienzos del siglo XI y 1038 ó 1039, cuando Sulaymán b. Hud logró ocupar Zaragoza, instalando su dinastía, los Hudíes, hasta que fueron desplazados por los almorávides en 1110. Cinco régulos Hudíes se sucedieron en Zaragoza, y otros más se escindieron temporalmente en subtaifas, en Tudela, Huesca y Calatayud, o en Lérida, con Tortosa y Denia. Entre ellos, el más notorio fue al-Muqtadir, que logró expandirse y plasmar sus aspiraciones soberanas en su palacio de La Aljafería, así llamado por derivación de su nombre, Abu Chafar. La importancia de esta familia la hizo perdurar y alzarse en taifas más al sur, cuando al-Andalus volvió a fragmentarse, durante las decadencias de los almorávides y de los almohades.